Siempre decimos
que la educación debe transmitir unos valores positivos de convivencia, como la
solidaridad, el respeto, la comprensión, la empatía, y la socialización; y a
pesar de esto en los contenidos propuestos en el currículum educativo no se
refleja la diversidad cultural, es decir, que no atiende a toda la población;
por lo que deberíamos tener en cuenta todas las culturas, por muy minoritarias
que sea, que forman la sociedad en la que nos encontramos.
Para ello la
institución escolar debería posibilitar la reflexión de cada alumno y alumna, y
la reconstrucción de sus aprendizajes, para hacerlos propios; para así mejorar
la historia, participar en los progresos sociales, crear nuevas ideas,
alternativas y planteamientos.
Como dice Jurjo
Torres existen muchísimas culturas que permanecen fueran del currículum,
desplazadas de la historia de la sociedad, y menospreciando sus
características, como son: las culturas de la nación del estado español;
culturas infantiles, juveniles y de la gente mayor; etnias minoritarias o sin
poder económico; la sociedad femenina; la homosexualidad; la clase trabajadora
y la clase pobre; el mundo rural y marinero; personas con discapacidad; y el
tercer mundo.
¿Quién se atreve a
considerar que no necesitamos aprender nada de estas culturas? ¿Estas culturas
no se merecen estar incluidas en la educación?
Todas ellas,
incluso las que no hemos nombrado, deberían estar plasmadas en el currículum
académico, para además de adquirir valores como los ya nombrados, asimilarlos
de verdad y llevarlos a la práctica a lo largo de toda nuestra vida.
Por lo que se
puede analizar, la escuela actualmente se desarrolla solo para la población
media/alta, y se centra en la cultura adulta, masculina, predominante.
La solución sería
impregnar el currículum con estas culturas y situaciones, llevarlas a la
práctica en el día a día de la educación, en cada situación de las aulas, y en
las situaciones fuera del ámbito escolar; para que los niños y niñas crezcan
valorando y reflexionando para cambiar los problemas sociales.
Según J.Torres no
se puede tratar estos temas de manera trivial, ya que de esta manera no se
transmiten los valores que sí están plasmados “teóricamente” en el currículum.
Desde la educación
se debe trabajar para la diversidad socio-cultural.
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