domingo, 8 de diciembre de 2013

Experiencias positivas de la etapa escolar infantil y primaria

Durante mi etapa de guardería recuerdo, de una manera más o menos positiva, los talleres que realizábamos para llevar a casa y enseñarlos con orgullo, ya que era algo realizado por cada uno de nosotros, y demostraba lo capaces que éramos de hacer manualidades; aunque no éramos tan capaces respecto a la creatividad, ya que todos seguíamos el patrón marcado por la profesora y así no se posibilitaba el desarrollo de esta habilidad.
También recuerdo excursiones y convivencias en las que lo importante era desarrollar la socialización, crear vínculo de grupo y confianza entre los compañeros, además de desarrollar nuestra autonomía.

En primaria para estudiar las hojas en otoño nos pidieron que buscáramos con nuestras familias hojas de diferentes tipos y diferentes árboles, para llevarlas a clase, enseñarlas a los compañeros y compañeras y así explicar su origen y sus características; creo que esta ha sido casi la única experiencia de aprendizaje a través de la propia práctica que he tenido en la etapa primaria, ya que por lo demás, la situación diaria era estar todos los alumnos atendiendo sentados de cara al profesor, que daba la explicación desde una tarima, detrás de la mesa y dictada de en libro.

El resto de compañeros han leído sus experiencias, ¿qué tenían en común todas las experiencias contadas?

Creo que las experiencias positivas que más nos ha marcado han sido las actividades prácticas de investigación que se posibilitaban en las aulas, de las que aprendíamos por nosotros mismos, y en las que participábamos con motivación de los profesores, que confiaban en nuestra capacidad para hacer las tareas y aprender de ellas. Todas estas experiencias contadas eran, además de actividades prácticas, cooperativas, emocionales y divertidas, es decir, cosas que atraen a los niños pequeños, por lo que tiene toda la lógica que fueran las actividades que más nos marcaran y de las que más aprendizajes hemos sacamos.

Reflexionando sobre nuestras experiencias podemos valorar como deberían ser las prácticas educativas en la escuela infantil y primaria, para que funcionaran de manera adecuada: que transmitieran conocimientos que perduraran en el tiempo, y que se posibilitara a los niños y niñas desarrollar la autonomía y la capacidad de elección, que aprendieran a ser críticos con cada aprendizaje; y así alcanzar la felicidad desarrollándose adecuadamente tanto personal como socialmente.
 

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