domingo, 8 de diciembre de 2013

Educación de las emociones, educación para la felicidad.

 
Este documental refleja la oposición a una educación meramente académica, y demuestra que se puede educar de otra manera, explorando las emociones de cada persona, y aprendiendo directamente de los intereses y necesidades de los alumnos y alumnas.
Este profesor de 4º de primaria centra las clases en sus alumnos, y organiza sus sesiones posibilitando que cada alumno exprese sus experiencias diarias, sus sentimientos e inquietudes; y de ahí sacan las lecciones de aprendizaje que consideramos que son más importantes para su futuro, ya que el aprendizaje a través de la práctica y la experiencia es el que mejor se asimila en el conocimiento. Esta metodología la posibilita a través de las cartas que escribe cada alumnos en una libreta personal, y que ponen en común en clase cada día con el resto de compañeros, creándose así un vínculo afectivo, compañerismo y debates en los que se habla de sentimientos, valores, y resolución de problemas individuales de manera grupal,  además de enseñarles a desarrollar la empatía y la escucha activa.
Así también cubren los contenidos educativos considerados básicos, ya que aprenden a mejorar su escritura, su lectura y amplían su vocabulario, se desarrollan socialmente, de manera afectiva, adquiriendo nuevos valores y aprendiendo a comunicarse con los demás.
De esta manera, y a lo que se debería dar más importancia en la educación, es que aprenden que a la escuela se va para ser feliz, y para ser feliz de verdad hay que aprender a pensar en los demás.
En esta clase de primaria trabajan por proyectos, en grupos cooperativos, donde el profesor les guía y les motiva y, a la vez, deja total libertad para que aprendan de sus errores y reflexionen por ellos mismos. Esto se puede conseguir en cualquier clase, nivel, centro, sociedad, y en cualquier ámbito, no solo el escolar, tan solo se trata de enseñarles a ser capaces.
Por lo tanto, ¿sería posible este sistema en España?
Como ya hemos dicho antes este sistema es posible en cualquier situación y ubicación, siempre que se trabaje conjuntamente escuela-familia; que sea en un lugar en el que todos se impliquen en la educación de los niños y niñas, y entiendan que deben ser felices; posibilitando que aprendan a través de sus experiencias, tanto propias como con las de los demás, ya que en el desarrollo personal la sociabilización toma una parte muy importante en el camino de la felicidad, y la autonomía intelectual y personal.

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