viernes, 29 de noviembre de 2013

La educación en la modernidad líquida

El autor del concepto de modernidad líquida nace de un filósofo, sociólogo y ensayista polaco llamado Zygmun Bauman. El concepto de modernidad líquida engloba un periodo reciente en nuestra sociedad en la que los valores y las prioridades de los diferentes ámbitos de la sociedad han cambiado. El cambio más notable se ha producido en el ámbito de la educación, donde los conocimientos que antes eran considerados como duraderos y válidos para un largo periodo en la vida de las personas, ahora se han vuelto efímeros. Esto quiere decir que en la actualidad no se le da tanta importancia al aprendizaje de los contenidos, sino que limitamos esos contenidos a obtener una nota o un objetivo concreto.

Por lo tanto, se considera la educación como un producto que satisface una necesidad concreta y, una vez cubierta dicha necesidad, se vuelve inservible. Pasando a buscar otros conocimientos que solventen nuevas necesidades.

En esta modernidad líquida, ha surgido un nuevo concepto conocido como “Síndrome de la Impaciencia”, éste hace referencia a que tanto en la educación como en la sociedad, en general, las personas nos hemos acostumbrado a satisfacer las necesidades en el momento en que nos surgen, nos hemos vuelto impacientes. En este sentido, la educación se convierte en un conocimiento ajustado al uso instantáneo y, por tanto, en una mercadería mediante la cual se pueden “comprar” conocimientos para obtener beneficios.

Esta situación provoca una ausencia de educación como sinónimo de desarrollo personal. Y permite la difusión de una gran cantidad de información al alcance de todos los educandos.

Dentro de este contexto, la función de la educación hace referencia a la capacidad para la selección de la información que se considera válida y verdadera, y que permite a los educandos progresar en su desarrollo personal. Porque... ¿realmente la concepción de aprendizaje que ofrece la escuela, hasta este momento, es adecuada? Es evidente que no, cuando los conocimientos que reciben los alumnos son olvidados con gran facilidad en un corto periodo de tiempo y no son asimilados.


Desde nuestro punto de vista, la educación jamás ha tenido como última finalidad conseguir objetivos a corto plazo, ésta es una concepción errónea que lamentablemente se ha ido generalizando y aceptando en la sociedad como verdadera. Nuestra función como pedagogas será cambiar esta concepción, la cual nos ha hecho llegar a la situación en la que nos encontramos ahora. Debemos basar la educación en el aprendizaje de conocimientos para la vida, y no únicamente para la escuela. 

Por ello, el fin de la educación es hacer a los educandos seres capaces de entender el mundo en el que viven. 

jueves, 28 de noviembre de 2013

"Saber para vivir"

Nieves Blanco en este capítulo de su libro “Saber para vivir” expresa que la educación y la cultura no puede ir por caminos separados, puesto que no debe entenderse la educación como algo aislado de nuestra cotidianeidad, de nuestra relación con el mundo y con nuestra sociedad. Basándose en esa teoría, entiende que la escuela tiene expresamente la tarea de transmitir esa cultura, pues la educación es un derecho humano básico que debe garantizar el acceso de todos los ciudadanos a la cultura.

La autora remarca la distinción entre conocimiento y saber, definiendo al primero como una base intelectual de carácter objetivo y universal para todos los educandos, y al segundo como un concepto vinculado totalmente a la experiencia, es decir, saber aplicar los conocimientos a la práctica. Pero, establece una diferencia entre ambos: la vía de acceso y de transmisión, ya que en el caso del conocimiento sí que puede ser transmitido pero el saber no, puesto que las experiencias son únicas.

En este sentido, el sistema educativo y, más concretamente, los profesionales de la educación deben acercar a los educandos a la cultura no como meros transmisores de información sino como acompañantes, haciéndoles partícipes de esta cultura para conseguir mejorarla y transformarla, dándole todas las herramientas necesarias que, en este caso, son los conocimientos útiles.

Desde nuestro punto de vista, estamos de acuerdo con el planteamiento que Nieves Blanco realiza. Una frase que nos ha llamado la atención y que, desde nuestro parecer, define con claridad cómo debe ser la educación del progreso es la siguiente:

“Educar es preparar para la libertad”

Un ámbito muy necesario y que todavía no se ha conseguido es la introducción de una representación de la educación desde “los ojos de la mujer”, es decir, teniendo en cuenta aspectos más allá de los políticos y económicos aportando otros que mejoren la calidad de vida de las personas y que den sentido a su participación en el sistema educativo. Pensamos que todavía queda mucho por hacer en ese aspecto, puesto que los intereses capitalistas que se promueven están por encima de los sociales y ello comportaría una visión diferente sobre la competitividad y una reestructuración la de los conocimientos que realmente son útiles, puesto que la mayor parte del conocimiento que la escuela ofrece es irrelevante para la vida cotidiana de las personas.

Una educación basada en la libertad, en la participación y en la cooperación mejorará de forma notable el éxito de los alumnos y, en general,  les permitirá desarrollarse correctamente en su sociedad, cosa que en la actualidad todavía no ocurre en muchas instituciones.
En definitiva, creemos que no la educación no aporta nada si además de conocimientos no aporta un saber por que como bien dice la autora del libro:

“El saber que procede de la experiencia es el que se mantiene”

Práctica 3. Frankenstein educador

 
El capitulo tres del libro plantea una perspectiva para plantear la educación como técnica que posibilita situaciones y experiencias para los niños y niñas, donde sean agentes de su propio aprendizaje, con los docentes como guía, ofreciéndoles toda libertad en su desarrollo; es por esto que estamos totalmente de acuerdo con esta manera de educar, a través de la práctica, ya que la consideramos la mejor manera de que el alumnado aprenda a llevar sus conocimientos adquiridos a la práctica, y así ser capaces de valorar y criticar sus aprendizajes.
Casi sin poder evitarlo, los docentes trabajan haciendo lo que consideran mejor para los demás, pero nunca debemos olvidar las necesidades y el ritmo de desarrollo de cada sujeto; este proceso de pensar por los demás debe durar lo menos posible, formando personas capaces de pensar por sí mismos y discriminar todo tipo de conocimientos para crear el suyo propio. Para ello el educador debe abrir las puertas a los conocimientos culturales básicos, que nadie tiene de manera innata, pero que se necesitan para el desarrollo de cada persona y su formación como ciudadanos.
Nosotras como pedagogas debemos conseguir que el alumno se construya y adquiera nuevos conocimientos para saber desenvolverse en su sociedad, y adquirir conciencia de responsabilidad sobre sus aprendizajes, sin causar ningún efecto negativo durante el proceso de enseñanza.
Concluimos este debate, surgido a raíz de la lectura del libro Frankenstein Educador [MEIRIEU, P. (1998): Frankenstein educador. Barcelona, Laertes.], exponiendo la idea del educador como guía, transmisor y posibilitador de aprendizajes, que luego cada persona integrará en su conocimiento de una manera diferente, y que esto se consiga a través de una educación individual, libre y alejada de la reproducción social.
Somos conscientes de que esto conlleva una gran dificultad: evitar manipular e influenciar a las personas para no caer en la fabricación; y la pedagogía debe estar presente siempre en este proceso tan duradero como la vida, entendiendo así la educación como proceso vital y no como producto.

martes, 26 de noviembre de 2013

Cambiando los paradigmas



¿Como se debe educar a los niños?Esta claro que mediante la alineación y la homogeneidad no se puede conseguir una educación fructífera. 
Como bien dice el vídeo, este sistema educativo actual está diseñado en una época diferente, con unos ideales y creencias distintas y antiguas; y también con unos intereses que prevalecen sobre otros y que, además, han sido admitidos por la sociedad como válidos y verdaderos. Es esto último, lo que la sociedad y la educación actual tienen que ser capaces de cambiar. Porque... ¿realmente la educación tiene como último fin conseguir que dentro de unos años, y con bastante suerte, una persona tenga un trabajo estable y un sueldo fijo? Pienso que eso se lleva demostrando algunos años que es falso, y por tanto ha sido una afirmación que la sociedad no debería haber creído nunca. Así, todos los profesionales de la educación debemos encargarnos de que el único fin que tenga la educación sea proporcionar la felicidad a aquellos que la reciben. En este sentido, la metodología utilizada también debe cambiar. La vieja concepción del alumno memorizando todo aquello que un "sabio" profesor le transmite no proporciona beneficios que aporten nada a la vida de los educandos más allá de conseguir una buena nota en un examen. Por ello, y como bien refleja el vídeo, debemos centrarnos en ese aspecto, en el propio alumno, en sus beneficios y en sus características. Y para conseguirlo, es importante que estos sean ellos mismos en el entorno educativo, aportando sus intereses, sus preocupaciones y sus dudas. No podemos pretender que los niños dejen de ser niños mientras están en el aula. Así, no solo aprenderán sino que le verán sentido a aquello que aprenden y se interesarán por saber más sobre todo ello. Y si esto se consigue no solo tendrá sentido para ellos mismos el hecho de aprender, sino que la educación recuperará el sentido propio que nunca debería haber perdido. 


domingo, 24 de noviembre de 2013

Pedagogía del Oprimido

 
"Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta"
"Es necesario desarrollar una pedagogía
de la pregunta"
Paulo Freire es uno de los pedagogos más significativos del siglo XX. En su trabajo “Pedagogía del Oprimido” nos muestra las dos vertientes educativas que un profesional de la educación puede tomar en su tarea como educador.

Por un lado encontramos lo que él denomina “Educación bancaria”. Ésta conforma un tipo de educación que se basa en llenar, como si de un recipiente se tratara, las mentes de los educandos de todos aquellos conocimientos que el educador es capaz de transmitir. Esta educación está caracterizada por la narración, por parte del profesional, y por la memorización, por parte de los aprendices; por lo que, en este sentido, considera a los educadores como los sabios e inteligentes dentro del sistema educativo y a los educandos como seres ignorantes.

Por otro lado, Paulo Freire aporta otro tipo de educación, la “Educación problematizadora”. Este modelo determina que la intervención del educador se debe basar en ayudar al educando a hacerse preguntas sobre la realidad, sobre su entorno y sobre los problemas que en el mismo acontecen. En este sentido, la función básica que tiene la educación es promover la liberación de los pensamientos de los educandos y, por tanto, otorgarles a éstos un papel activo dentro del proceso educativo. Así, se establece una relación horizontal entre el profesional y el aprendiz donde no existe la superposición de una figura por encima de otra.

Teniendo en cuenta estas posturas contrariadas que Freire analiza, nosotras relacionamos la “Educación bancaria” con la enseñanza que nuestros padres, madres y abuelos han recibido y que, desde hace tiempo, se pretende cambiar. Y es que, ¿una educación opresora, basada en el silencio y la obediencia, se puede considerar como buena educación? Nosotras consideramos que no, una enseñanza que provoca impotencia, rechazo y malestar en aquellos que la reciben jamás puede contribuir al desarrollo positivo de las personas sino todo lo contrario; y esto es lo que nuestros progenitores han vivido. Por ello, es esta misma razón la que nos lleva a concluir que, con dichos objetivos y resultados, ésta no es ni será jamás la educación del progreso sino del retroceso de toda aquella generación en la que se implante.

De lo contrario, y para evitar que esta educación obsoleta perdure, pensamos que la existencia y transmisión de la “Educación problematizadora” es esencial y totalmente necesaria en el ámbito educativo actual. Ésta pone luz y verdad al fin único de la educación, la transformación del mundo. Y es que, en este sentido, nosotras nos preguntamos: ¿la enseñanza es realmente útil si no da cabida a la duda, al cambio y a la capacidad crítica de las personas? Es evidente que no, los seres humanos debemos dar uso a nuestra capacidad de reflexión y nuestra creatividad, lo que también facilita en los educadores un continuo proceso de aprendizaje. Solo así, la educación conseguirá formar personas capaces de actuar sobre el mundo y poder mejorarlo; y si esto se aplica en los más pequeños podemos llegar a crear mentes muy prodigiosas. Es este modelo el que les permite desarrollar una de las características más bonitas, su imaginación y aplicarla a su realidad.  


En definitiva, estamos en la educación del progreso y está en nuestras manos, como futuras pedagogas, que este progreso se haga realidad. 

Uniformes... ¿Identidad o nulidad?

En la última sesión de clase, tratando el tema del curriculum oculto, surgió el debate sobre los uniformes.
Algunos compañeros y compañeras señalaban que era una mera cuestión de comodidad y propaganda de los colegios, además una forma de equilibrar las desigualdades económicas y sociales de los niños y niñas.

Otros sin embargo pensábamos  que esa no era la razón, y que los uniformes privan  la individualidad de cada persona.Lo cierto es que personalmente pensamos que la ropa oculta, y a la vez, revela. La ropa protege, y a la vez, provoca. La vestimenta impulsa la belleza, destaca aquello que queremos enseñar de nuestro cuerpo, y ayuda a subir la auto estima. Su función más importante – psicológicamente hablando- es que esta puede revelar la verdadera esencia de la persona.
Otra conclusión a la que se llegó es que la mayoría de colegios privados y concertados son los que hacen uso de uniformes escolares, es otra estrategia de marketing en la que la vestimenta de los niños y niñas se convierte en publicidad, y a estos les invade el sentimiento de grupo, otro aspecto que surgió, los uniformes dan paso a ese sentimiento de pertenencia a un grupo, el que todo ser humano necesita y el uniforme es una insignia más.


Pero... ¿Porqué al hablar de currúculum oculto se nos presento la idea de los uniformes?¿Están a caso transmitiéndose valores implícitos con su uso?¿Se puede incluso relacionar con la idea de reproducción social y cultural?

Buscando en páginas web podemos leer afirmaciones como " Los Uniformes Escolares Promueve la Buena Disciplina y reducen la Violencia entre los Niños" Los Uniformes de Colegio Evitan las Distracciones"

Dan a entrever que son una forma de control social por lo tanto no estamos hablando de mera comodidad, estamos hablando de un curriculum oculto.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Memoria Negra

Con este documental hemos podido conocer cómo fue la colonización española de Guinea Ecuatorial, una colonización de la que cabe resaltar los intereses económicos que la promovían. Son estos mismos intereses los que nos permiten observar que esta colonización no pretendía únicamente la culturización de sus ciudadanos para su mejora como seres humanos y como sociedad en su conjunto. Se trataba de darle valor a Guinea, darle un cierto estatus con el único fin de mantener en buen nivel al estado español. Pero… ¿realmente sirve para eso la culturización? Nosotras pensamos que no. Culturizar no es imponer ni tampoco cambiar pues cada cultura es diferente y no debe imponerse sobre ninguna otra. Para nosotras culturizar es aprovechar y también mejorar el desarrollo de los seres humanos para formar una sociedad mejor, y esto no era lo que ocurría en Guinea. Con esta colonización se realizaba una transmisión de cultura por imposición y un buen método para conseguir su propósito era mediante el sistema educativo, a través del cual se obligaba ya desde temprana edad a comportarse de manera correcta, a hablar el idioma que ellos creían que era mejor para comunicarse con el mundo, a tener unas creencias cristianas que eran distintas de las que ellos tenían, etc. Por que como bien se dice en el documental “lo que los españoles entendían por cultura, ellos no lo tenían”; y nosotras nos preguntamos, ¿acaso es solamente válida una única cultura?, ¿un único modo de entender la sociedad? Éste fue el gran error que comportó la gran transformación de Guinea bajo las órdenes de los europeos.

Desde nuestro punto de vista, no se puede definir la cultura desde un único enfoque. La grandeza de la sociedad está en la diversidad de culturas que la forman y en la interactuación entre ellas, lo que permite que con el paso de los años éstas se sigan manteniendo y sigan formando identidades propias en los ciudadanos que las conforman. Es muy importante la transmisión de los valores, las costumbres y las tradiciones, pues son esos elementos los que las hacen diferentes y únicas frente al resto.

Y en este sentido, no podemos concebir que el sistema educativo tenga como última finalidad imponer conocimientos, creencias o ideologías para formar individuos semejantes a otros, porque si fuera así, ¿esta sería una buena forma de transmitir cultura? Es evidente que no, el sistema educativo debe ser entendido como un método de transmisión de valores y de integridad cultural que permita diferentes formas de entender el mundo, basándose en la libertad de elección y de actuación de cada individuo. Por lo que si no dirigimos la educación por este camino, no lograremos una correcta transmisión de la cultura. 

¿Bailamos?



¿Cuál es el sentido real de la educación? ¿Qué es lo bueno para nuestro futuro?

Gran parte de la sociedad sigue pensando que formar a los más pequeños en capacidades y habilidades técnicas que los hagan más competitivos es lo que en un futuro les dará un trabajo mejor y un sueldo más alto. Y como bien refleja el video, todo eso en los tiempos que corren nos parece un chiste que hace que la sociedad se ría al saber que no es así. Y es que, ¿cuántas personas con carreras están paradas o están trabajando en lugares donde no les valorizan los conocimientos que poseen? Sabiendo la respuesta a esta pregunta, puedo afirmar que se ha extendido un concepto equivocado de la educación y es en la actualidad cuando las personas que sí que confiaron en este enfoque están comprobando que no estaban en lo cierto. 

Se trata de poner en la balanza qué es mejor para el individuo, si una posición social o sentirse realizados tanto profesional como personalmente. Y si realmente queremos ser felices, sabremos cual escoger.

Es por esto que la educación debe ir, en mi opinión, en esa dirección; en la de darnos todo lo necesario (conocimientos, habilidades, capacidades…) para sentirnos bien con nosotros mismos y con la sociedad. Y es que, ¿de qué sirven tantos conocimientos si no podemos disfrutar de ellos? Es por todo ello, que debemos fomentar ya en los más pequeños su creatividad y también la libertad de reír, jugar, bailar y un sinfín de cosas más que permitirán un aprendizaje más positivo y enriquecedor, pues únicamente si le encuentran sentido a lo que hacen serán capaces de aprovecharlo.

En definitiva, sólo la educación en ese sentido le va a dar sentido a nuestras vidas.

LOMCE: Un retraso en la educación

Con la llegada de esta nueva ley, la educación del futuro se convertirá en la educación del pasado. Es inconcebible pensar que ideas tan sólidas como la importancia de la Educación Infantil o el fomento de la diversidad cultural y la inclusión se pongan en duda.

El progreso de la educación no se puede basar en los resultados obtenidos  a través de constantes evaluaciones o exámenes que pongan a prueba al alumnado, pues lo único que así se consigue es entender esta educación como un contenido necesario para obtener una nota que permita ser mejor que el compañero que tenemos al lado. No se puede basar, por tanto, en la competitividad y mucho menos seguir fomentándola.

Lo que se está consiguiendo o, desde mi punto de vista, ya se ha conseguido es como bien dice Francesco Tonucci, ofrecer a todos una escuela para pocos”  cuando el derecho a una educación y a una formación, a día de hoy, es una guerra que se ganó hace mucho tiempo.

Pero… ¿Realmente es esto lo que queremos en el futuro de nuestra sociedad y de nuestras vidas? ¿Realmente queremos una educación que en lugar de convertirnos en mejores personas y profesionales más capacitados, nos lleve a regirnos únicamente por lo que la sociedad capitalista ha impuesto como objetivo de la educación? Si es así nunca lograremos el verdadero objetivo de ésta, la felicidad; esa felicidad que nos proporciona ser aquello que queremos ser y vivir de lo que nos apasiona.



Por ello, debemos defender todo aquello que la nueva ley intenta entorpecer. De no ser así, todo lo que ya se había conseguido volverá a formar parte del pasado.