domingo, 27 de octubre de 2013

Práctica del capítulo 1 y 2

“Educar es, pues introducir a un universo cultural, un universo en el que los hombres han conseguido amansar hasta cierto punto la pasión y la muerte, la angustia ante el infinito, el terror ante las propias obras, la terrible necesidad y la inmensa dificultad de vivir juntos… un mundo en el que quedan algunas “obras” a la que es posible remitirse”

El pequeño humano cuando nace, realmente no sabe nada, está “vacío” de conocimientos, es decir, posee aquellos conocimientos que no están potenciados y si los tiene todavía son minúsculos. Aquí es cuando aparece el entorno, la sociedad, que son los que se encargarán de convertir a este pequeño hombre en un gran hombre ayudandole a la adquisición de muchos mas conocimientos, será fácil porque el hombre se caracteriza por ser una persona de aprendizaje rápido. Pero esto no sería posible sin personas a tu alrededor, porque tendrá que aprender a convivir, a desarrollarse en sociedad, también aprenderá a enfrentarse el solo a los problemas que se le planteen pero siempre necesitará un contacto con las personas. Y un ejemplo de todo esto es el conocido Frankenstein, fue creado por el doctor Frankenstein, esta criatura despertó una noche y se encontró en una situación realmente solitaria. El doctor se olvidó completamente de él, no se encargó de educarlo, no se preocupó por el y este vacío que Frankenstein tenia le llevó a lo que irremediablemente era de esperar. Esta pequeña criatura se convirtió en un Frankenstein violento incluso llegó a matar a familiares del doctor. En mi opinión la culpa no la tiene este pequeño monstruo sino aquel creador que tan solo lo utilizó, porque le nació siendo noble, bueno, pero como decíamos anteriormente los humanos necesitamos relacionarnos con el entorno, aprender cosas nuevas y eso fue lo que falló en Frankenstein, el no saber desarrollarse con las personas, el no mantener un contacto y no sentir por parte de nadie ninguna muestra de cariño. Esto fue lo que cambió totalmente la actitud de la pequeña criatura.
Y aquí es donde se plantea la diferencia entre fabricación y educación, el concepto de fabricación engloba sencillamente al ejemplo de Frankenstein fue creado pero nadie fue mas allá, es decir, no le proporcionaron una educación, tenía falta de afecto de cariño, con lo que eso conllevó al no saber estar, en cambio, educación engloba tanto fabricación como el aprendizaje, educar es llevar mas allá, es decir proporcionamos ciertos conocimientos a la persona, lo educamos de forma libre, no lo convertimos en algo en lo que nosotros queremos que sea, sino basándonos en sus expectativas, como se dice en el segundo capítulo hay que saber distinguir entre la fabricación de un objeto y la formación de una persona.


En este segundo capítulo se hace referencia a que educar no es cosa fácil, siempre habrá resistencia por parte del aprendiz o del educador. Pero nunca hay que abandonar a una persona cuando no consigue lo que se propone, sino todo lo contrario, tienes que enseñarle nuevas expectativas, guiarte según sus ilusiones, eso se conoce como un buen educador. Y aquí se plantea la pregunta de ¿educamos en base a conseguir nuestros objetivos o los del educado? Yo pienso que un buen educador sus objetivos son que el educado consiga lo que el se proponga por tanto la respuesta a la pregunta sería educamos en base a los objetivos del educado pero a fin de cuentas se convierte en nuestros propios objetivos, porque cuando ves que el educado se va formando poco a poco sientes una sensación de “éxtasis”, por eso “la aceptación de no poder desencadenar los aprendizajes no reduce, pues, al educador a la impotencia: muy al contrario”.

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